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78 | | | y | |
| 3.18 | hermoso del mundo
(De: La increíble | y triste historia de cándida Eréndira y |
| 3.56 | y triste historia de cándida Eréndira | y de su abuela desalmada, 1972, Editorial |
| 5.52 | niños que vieron el promontorio oscuro | y sigiloso que se acercaba por el mar, se |
| 5.197 | que no llevaba banderas ni arboladura, | y pensaron que fuera una ballena. Pero |
| 5.334 | de sargazos, los filamentos de medusas | y los restos de cardúmenes y naufragios |
| 5.361 | de medusas y los restos de cardúmenes | y naufragios que llevaba encima, y sólo |
| 5.394 | y naufragios que llevaba encima, | y sólo entonces descubrieron que era un |
| 7.49 | con él toda la tarde, enterrándolo | y desenterrándolo en la arena, cuando |
| 7.118 | cuando alguien los vio por casualidad | y dio la voz de alarma en el pueblo. Los |
| 7.293 | conocidos, casi tanto como un caballo, | y se dijeron que tal vez había estado |
| 7.360 | estado demasiado tiempo a la deriva | y el agua se le había metido dentro de |
| 7.685 | ahogados. Tenía el olor del mar, | y sólo la forma permitía suponer que era |
| 7.811 | revestida de una coraza de rémora | y de lodo.
No tuvieron que limpiarle la |
| 9.317 | que el viento se llevara a los niños, | y a los pocos muertos que les iban |
| 9.432 | los acantilados. Pero el mar era manso | y pródigo, y todos los hombres cabían en |
| 9.443 | Pero el mar era manso y pródigo, | y todos los hombres cabían en siete botes |
| 11.267 | del cabello los abrojos submarinos | y le rasparon la rémora con fierros de |
| 11.400 | su vegetación era de océanos remotos | y de aguas profundas, y que sus ropas |
| 11.422 | océanos remotos y de aguas profundas, | y que sus ropas estaban en piltrafas |
| 11.673 | del mar, ni tampoco la catadura sórdida | y menesteroso de los ahogados fluviales |
| 11.809 | de la clase de hombre que era, | y entonces se quedaron sin aliento. No |
| 11.898 | más alto, el más fuerte, el más viril | y el mejor armado que habían visto jamás |
| 13.293 | Fascinadas por su desproporción | y su hermosura, las mujeres decidieron |
| 13.402 | con un buen pedazo de vela cangreja, | y una camisa de bramante de novia, para |
| 13.563 | contemplando el cadáver entre puntada | y puntada, les parecía que el viento no |
| 13.694 | nunca tan ansioso como aquella noche, | y suponían que esos cambios tenían algo |
| 13.889 | puertas más anchas, el techo más alto | y el piso más firme, y el bastidor de su |
| 13.910 | el techo más alto y el piso más firme, | y el bastidor de su cama habría sido de |
| 13.991 | maestras con pernos de hierro, | y su mujer habría sido la más feliz |
| 13.1144 | mar con sólo llamarlos por sus nombres, | y habría puesto tanto empeño en el |
| 13.1256 | de entre las piedras más áridas | y hubiera podido sembrar flores en los |
| 13.1461 | aquél era capaz de hacer en una noche, | y terminaron por repudiarlos en el fondo |
| 13.1549 | corazones como los seres más escuálidos | y mezquinos de la tierra. Andaban |
| 17.227 | ponerle la ropa, tendido entre flores | y con unos zapatos de charol, pudiera |
| 17.364 | escaso, los pantalones mal cortados | y peor cosidos le quedaron estrechos, y |
| 17.402 | y peor cosidos le quedaron estrechos, | y las fuerzas ocultas de su corazón |
| 17.543 | se adelgazaron los silbidos del viento | y el mar cayó en el sopor del miércoles |
| 17.738 | las que le habían cortado las uñas | y raspado la barba no pudieron reprimir |
| 17.1187 | sin saber qué hacer con sus tiernas | y rosadas manos de buey de mar, mientras |
| 17.1277 | de casa buscaba la silla más resistente | y le suplicaba muerta de miedo siéntese |
| 17.1348 | siéntese aquí Esteban, hágame el favor, | y él recostado contra las paredes |
| 17.1463 | bien, con los talones en carne viva | y las espaldas escaldadas de tanto |
| 17.1636 | la vergüenza de desbaratar la silla, | y acaso sin haber sabido nunca que |
| 17.2287 | pasaron de los suspiros a los lamentos, | y mientras más sollozaban más deseos |
| 17.2491 | desvalido de la tierra, el más manso | y el más servicial, el pobre Esteban. Asi |
| 21.262 | el sol bravo de aquel día árido | y sin viento. Improvisaron unas |
| 21.330 | angarillas con restos de trinquetes | y botavaras, y las amarraron con |
| 21.343 | con restos de trinquetes y botavaras, | y las amarraron con carlingas de altura |
| 21.597 | profundos donde los peces son ciegos | y los buzos se mueren de nostalgia, de |
| 21.1070 | abrocharse una pulsera de orientación, | y al cabo de tanto quítate de ahí mujer |
| 21.1239 | les subieron al hígado las suspicacias, | y empezaron a rezongar que con qué objeto |
| 21.1358 | un forastero, si por muchos estoperoles | y calderetas que llevara encima se lo |
| 21.1494 | sus reliquias de pacotilla, llevando | y trayendo, tropezando, mientras se les |
| 21.1842 | al cadáver el pañuelo de la cara, | y también los hombres se quedaron sin |
| 23.288 | solamente podía ser uno en el mundo, | y allí estaba tirado como un sábalo, sin |
| 23.373 | con unos pantalones de sietemesino | y esas uñas rocallosas que sólo podían |
| 23.600 | grande, ni tan pesado ni tan hermoso, | y si hubiera sabido que aquello iba a |
| 23.770 | mismo un áncora de galeón en el cuello | y hubiera trastabillado como quien no |
| 23.1243 | soñar con los ahogados, hasta ésos, | y otros más duros, se estremecieron en |
| 25.229 | que no creían lo que les contaban, | y éstas se fueron por más flores cuando |
| 25.287 | por más flores cuando vieron al muerto, | y llevaron más y más, hasta que hubo |
| 25.302 | cuando vieron al muerto, y llevaron más | y más, hasta que hubo tantas flores y |
| 25.338 | más y más, hasta que hubo tantas flores | y tanta gente que apenas si se podía |
| 25.441 | dolió devolverlo huérfano a las aguas, | y le eligieron un padre y una madre entre |
| 25.465 | a las aguas, y le eligieron un padre | y una madre entre los mejores, y otros se |
| 25.496 | un padre y una madre entre los mejores, | y otros se le hicieron hermanos, tíos y |
| 25.534 | y otros se le hicieron hermanos, tíos | y primos, así que a través de él todos |
| 25.724 | perdieron la certeza del rumbo, | y se supo de uno que se hizo amarrar al |
| 25.931 | escarpada de los acantilados, hombres | y mujeres tuvieron conciencia por primera |
| 25.1082 | de sus sueños, frente al esplendor | y la hermosura de su ahogado. Lo soltaron |
| 25.1164 | sin ancla, para que volviera si quería, | y cuando lo quisiera, y todos retuvieron |
| 25.1186 | si quería, y cuando lo quisiera, | y todos retuvieron el aliento durante la |
| 25.1680 | partes sin tropezar con los travesaños, | y que nadie se atreviera a susurrar en el |
| 25.1891 | para eternizar la memoria de Esteban, | y se iban a romper el espinazo excavando |
| 25.1959 | excavando manantiales en las piedras | y sembrando flores en los acantilados |
| 25.2142 | por un olor de jardines en altamar, | y el capitán tuviera que bajar de su |
| 25.2249 | con su astrolabio, su estrella polar | y su ristra de medallas de guerra, y |
| 25.2284 | y su ristra de medallas de guerra, | y señalando el promontorio de rosas en el |
5 | | | ya | |
| 17.1793 | eran los mismos que después susurraban | ya se fue el bobo grande, qué bueno, ya se |
| 17.1830 | ya se fue el bobo grande, qué bueno, | ya se fue el tonto hermoso. Esto pensaban |
| 25.1373 | a los otros para darse cuenta de que | ya no estaban completos, ni volverían a |
| 25.1729 | se atreviera a susurrar en el futuro | ya murió el bobo grande, qué lástima, ya |
| 25.1767 | ya murió el bobo grande, qué lástima, | ya murió el tonto hermoso, porque ellos |
1 | | | yo | |
| 23.728 | ahogarse, en serio, me hubiera amarrado | yo mismo un áncora de galeón en el cuello |